«En todas sus obras se le reconoce a Virgilio (70-19 a.C.) una honda ternura, cierto íntimo y disimulado desasosiego, pero sólo en las Geórgicas ha reunido con tan suave armonía la ceremonia y el juego, el sentimentalismo y una encantadora llaneza. El poema es mucho más que una invitación a la vida del campo o un repertorio de reglas para la agricultura, es una pieza de una musicalidad y un ritmo perfectos. A través de las mieses, los árboles, el ganado y las colmenas, reposa el lector a trechos y luego en momentos variados y maravillosos se deja conmover sin remedio. Todo prepara el mito final, una historia abierta, transida de suave angustia y trágica esperanza»
«El mejor poema del mejor de los poetas» (Dryden)