Cualquier argentino residente en España ha recibido, con frecuencia, estas y otras preguntas similares
y muchas veces, la típica respuesta «Y que querés que te explique, es complicado
» esconde la propia dificultad para entender las causas profundas de una situación en estado de crisis casi permanente en un país rico y con recursos.
Si bien las causas de esta situación tienen que ver con la economía, no es menos cierto que también, y muy especialmente, tienen que ver con la política. Hablar de política argentina implica hablar de peronismo y de populismo, pero también confrontar con la corriente histórica conocida como «revisionismo».
Esta corriente que ha hegemonizado el relato histórico y su interpretación ha oscurecido y distorsionado toda la historia argentina desde finales del siglo XVII hasta nuestros días. La sucesión histórica desde Rosas hasta Perón como una línea de continuidad nacional y popular que esta corriente reivindica, expresa uno de los principales nodos conceptuales que han enturbiado la comprensión del pasado para interpretar el presente.
El triunfo del pensamiento histórico revisionista, totalmente identificado con el populismo autoritario como política de Estado a partir del golpe militar de 1943, se hizo más evidente con su transformación en representante de la concepción «oficial» de la historia argentina. El populismo, como forma política de esta corriente, se ensambla con el nacionalismo económico y, juntos, han protagonizado el pensamiento político que ha liderado el rumbo de fracasos que han marcado la historia argentina.
El trabajo de Miguel Ángel Mieres se propone, precisamente, no sólo un análisis político del fenómeno del populismo en Argentina sino investigar también las condiciones económicas sobre las que se sostiene. En este análisis, confronta con el pensamiento revisionista y su forma política, el nacional-populismo estrechamente vinculado con el hilo conductor del estancamiento, la corrupción política, la miseria física y la pobreza extrema en Argentina.