Gadda construye, en 1963, a modo de espejo deforme sobre la sociedad
italiana del fascismo, el mundo barroco de un Maragadal eventualmente
sudamericano donde, malamente a flote entre excombatientes, funcionarios,
ordenanzas y pensionistas, sobreviven encarnados en una representación
autobiográfica el desengaño, el resentimiento, la angustia y, al cabo,
la neurosis de la soledad moderna. En 1965, apenas dos años más tarde
de la publicación del original en Milán, apareció la resplandeciente
traducción castellana de Masoliver y Petit de un texto desbordante que
trabaja y celebra el lenguaje con una ambición y una amplitud de recursos
inaudita. La cognizione del dolore fue ulteriormente objeto de complemento
con la adición de dos últimos capítulos que quedaron fuera de la primera
versión castellana y que se incluyen en este volumen en traducción de la
profesora Muñiz, ofreciendo la versión completa de la novela según la cerró
su autor. "De la idea fija de la igualdad moral de los bípedos, que es quizás
un resultado de la clarividencia moral, les venía la costumbre de amor
prácticado y de gracia, incluso cuando los bípedos, con aquellos zapatones,
podían percibirse acústicamente como cuadrúpedos".
Carlo Emilio Gadda (Milán, 1893 - Roma, 1973), ingeniero de profesión,
es uno de los referentes absolutos de la literatura italiana de la posguerra
y autor, además de La cognizione del dolore (1963, Prix International
de la Littérature del mismo año), de L'Adalgisa. Disegni milanesi (1943),
Giornale di guierra e prigionia, 1915-1919 (1955), Quer pasticciaccio brutto
de via Merulana (1957); "El zafarrancho aquel de via Merulana", Seix Barral,
1965), I Luigi di Francia (1964) y Meditazione milanese (1974).
Fue igualmente traductor al italiano del Francisco de Quevedo (El mundo
de por dentro) y de Juan Ruiz de Alarcón (La verdad sospechosa