La sociedad anárquica es una de las obras clásicas de la teoría de las relaciones internacionales. En cierto sentido fue, como plantea Stanley Hoffmann, un texto marginado por la corriente principal de la academia de Estados Unidos, puesto que se alejaba del mecanicismo, el cuantitativismo y el materialismo que impregnaban e impregnan la mayor parte de la producción estadounidense en este campo. Ha tenido, y sigue teniendo, una amplia influencia en el pensamiento europeo, donde es constante punto de referencia, y puede ser considerada una precursora de las nuevas tendencias en el estudio de la política mundial. En ella, Hedley Bull ha sabido insuflar a una disciplina dominada por el cientifismo aséptico un hálito de humanidad contenida, de compasión, de sentido trágico de la apuesta política de los valores que uno defiende y de los que se sacrifican en esa defensa, del ´pesimismo de la razón´ que habita en aquellos que no se sienten satisfechos con escribir gracias, y para, ´el príncipe´. Esta obra plantea una reconsideración de la forma de estudiar y comprender el mundo de las relaciones internacionales, pues reconoce la merecida importancia de las ideas, de las visiones del mundo; de los agravios de las naciones; de la construcción intersubjetiva de la realidad política y de la historia como matriz y como contexto explicativo y de vida. El lector no encontrará afirmaciones rotundas ni certezas absolutas. Nadie que la lea con una cierta atención quedará indemne ni podrá seguir leyendo con complacencia acrítica la innumerable sarta de banalidades con la que a menudo se inunda al lector interesado en las relaciones entre los Estados, las naciones y los pueblos.