A medio camino entre la narración breve y la fábula, esta obra reúne una colección de relatos con la que Radíchkov quiso capturar «toda la miseria y la grandeza de la vida» para preservarlas en el océano del tiempo. Una tarea obsesiva que lo llevó a dibujar maravillosos paisajes y a crear personajes que traspasan la frontera de lo real para adentrarse en el terreno de la ensoñación y del mito.