Éste es el relato de siete meses en la vida de Tomás Sepúlveda, un hombre de cincuenta y cinco años prejubilado, casado, con dos hijos en la distancia y el padre en una residencia. Un hombre tan normal que casi parece un estereotipo. Pero a través de sus anotaciones descubrimos a un personaje intenso, vivo y tan lúcido que sus pensamientos dan testimonio de toda una generación.