Gran Bretaña no participa en la Segunda Guerra Mundial. Hitler conquista Moscú. Churchill pierde las elecciones y nunca llega a convertirse en primer ministro
La historia alternativa siempre ha sido un divertimento, una excusa para los juegos de mesa o un argumento para la ciencia ficción, pero en las últimas décadas ha empezado a llamar también la atención de los historiadores más serios.
¿Por qué? Si la labor de la historia es establecer qué ocurrió, ¿qué sentido tiene preguntarse por lo que pudo haber sido?
Evans examina con ojo crítico la nueva afición de los historiadores, y de los lectores, por los contrafactuales, atendiendo tanto a su importancia para la comprensión de la historia como a los motivos ocultos de los académicos para explorar esta faceta.